(Extracto del libro)



 

 

“Cada vez más se oye hablar de técnicas de relajación. Y no es extraño. El tipo de vida que llevamos nos aboca, antes o después, a tomar conciencia de aquello que nos falta. Echamos de menos tener más tiempo, poder dedicarnos más atención a nosotros mismos, desconectar de lo que nos rodea, eliminar las tensiones que vamos acumulando, etc.



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En los últimos años se ha dado una mayor demanda de cursos del ámbito de la relajación. El colectivo de los profesionales de la enseñanza, por ejemplo, ha descubierto grandes posibilidades no sólo para ellos como docentes, sino también para aplicar ciertas técnicas con sus alumnos, en clase, en las horas de tutoría. En las reflexiones finales que suelen pedirse a los profesores de Infantil, Primaria y Secundaria que son cursillistas se suele coincidir en la sorpresa ante la eficacia de estas técnicas y en su asombro por no haber tenido la oportunidad de descubrirlo antes.

Y es que encontrarse relajado y saber como llegar a ese estado de relajación “engancha”. Una vez que se prueba se asimilan ciertas pautas que hacen más fácil acceder a estados de relajación en diversos momentos de la vida cotidiana.



 

Es bueno acudir a sesiones dirigidas de relajación, pero es mucho mejor, una vez adquirida cierta soltura, practicarlo uno mismo en su propia casa, en el desplazamiento en transporte público, etc. Momentos hay muchos si se saben encontrar. Aplicar lo aprendido es imprescindible para progresar en el camino de la relajación.”